
La situación global del comercio electrónico, especialmente en España, ofrece oportunidades de negocio para muchas industrias. El uso de Internet y el comercio electrónico se han convertido en una realidad, ya que las cifras de compras online en España superaron los 9.300 millones de euros en el segundo trimestre de 2018, lo que supone un incremento del 27,1% respecto a 2017, y los fondos para compras online aumentarán un 24% en 2019, superando a los de 2018, y se espera que alcancen los 360.000 millones de euros en 2020, con una tasa media de crecimiento anual del 10,5% de 2017 a 2020.
Asimismo, en los últimos seis meses, una media del 32% de las ventas de los comercios online españoles procedió de compradores internacionales.
En España, el 80% de los compradores móviles de la llamada generación millennial (nacidos entre 1981 y 1999) buscan productos o servicios en línea todos los días. Por otra parte, todos pasamos más tiempo en línea que nunca (158 minutos al día), consumiendo una media de 13 vídeos de contenido audiovisual al día, con un total de 48 minutos de visionado, con un 40,8% de usuarios en el grupo de edad de 35 a 54 años.
Según negocios.nu estas cifras son significativas debido a una de las formas en que se insertan los anuncios en estos vídeos. También es un hecho innegable que el comercio electrónico en España se ha incrementado en los últimos años, como el número de clientes que compran online, el consumo medio por cliente, las transacciones y las ventas, tanto en lo que se refiere a la oferta 100% desvinculada de los establecimientos físicos, como a un modelo híbrido, en el que las empresas tradicionales han creado un canal online para facilitar la interacción con los clientes potenciales y los ya existentes, y en definitiva realizar las ventas.
Entre los países europeos, el número de compradores online en España sigue creciendo (7 de cada 10 españoles -unos 20 millones de personas- ya compran online a través de sus smartphones). Si no tenemos en cuenta los productos digitales (como las entradas, los libros electrónicos o los contenidos audiovisuales en streaming) o los mercados de dispositivos móviles, se espera que el mercado de consumo B2C por sí solo supere los 18.000 millones de euros este año 2020 y los 20.000 millones de euros en 2021, cuando estas cifras aún están en fase de prepoblación. En cuanto al mercado latinoamericano, sólo 155 millones de personas (de un potencial de 650 millones) compran en línea, principalmente en mercados como MercadoLibre. Sin embargo, las ventas están aumentando en todos los mercados, siendo los siguientes países los más activos: Brasil: 38,3%, Argentina: 22%, México: 19,6%, Chile: 4,7%, Colombia. 4,4% y Ecuador: 2,3%.
Obviamente, esto está motivado por el hecho de que Brasil es el país con mayor penetración de Internet (seguido de Argentina y Colombia), con un 71%, y unas ventas de comercio electrónico de más de 19.724 millones de dólares en 2019, seguido de México, con 17.626 millones de dólares.
Como nos dicen en 10red.net también hay que tener en cuenta el reciente aumento del comercio electrónico a raíz de la COVID-19 (aunque desigual, ya que algunos sectores como la alimentación, la cuasi-farmacia y la electrónica crecen, mientras que otros, como los viajes y el ocio, están disminuyendo por razones obvias) y el hecho de que el 53% de los compradores en línea afirmen que comprarán más en línea tras superar esta contracción, podemos decir que, como decíamos al principio, están surgiendo nuevas oportunidades para los proyectos de comercio electrónico. Los nuevos escenarios definidos por COVID-19 están provocando una demanda de conocimiento del medio digital o de la nube, como suele llamarse. Para algunas empresas es una oportunidad de crecer, para otras es simplemente una oportunidad de sobrevivir debido a la afluencia física del descontento del público, mientras que para otras el comercio electrónico consiste en ofrecer nuevos productos o servicios o en utilizar la innovación en productos o servicios existentes antes incluso de que existan.